El Presidente festejó el 2,8% de inflación en abril con ataques al periodismo y a economistas críticos: “Armen el archivo de mandriles”
El presidente Javier Milei celebró con euforia en redes sociales la baja de la inflación al 2,8% en abril, según el dato oficial difundido por el INDEC. Pero su festejo no fue sólo una celebración técnica o institucional: se convirtió en un nuevo episodio de agresiones contra periodistas, economistas críticos y analistas que, según él, “pronosticaban” índices mucho más altos.
“Vamos, Toto”, escribió en su cuenta de X, en alusión al ministro de Economía Luis Caputo, a quien volvió a elogiar como “el mejor de la historia, lejos”. Luego, lanzó su ya habitual diatriba contra quienes cuestionan su programa económico:
“Les recuerdo que varios sicarios con micrófonos y econochantas decían que la inflación de abril saltaría al 5% o 7%… El dato: 2,8%. A los que tengan ganas de divertirse les propongo que armen el archivo de mandriles. Ciao!”
El nuevo enemigo: los “mandriles”
No es la primera vez que Milei utiliza la figura del “mandril” para referirse despectivamente a sus opositores discursivos, especialmente economistas que no comparten su enfoque. Pero esta vez fue más allá: en el Congreso del IAEF, un evento clave del sector financiero, usó la metáfora para graficar su rechazo visceral al “impuesto inflacionario” y a la emisión monetaria.
En tono burlesco, explicó que el curso forzoso del dinero es la contracara de un “te quiero romper la parte roja de un mandril” con el impuesto inflacionario, una frase grosera que él mismo anticipó que generaría controversia:
“Ay, ya me veo a los lloradores… ‘¡Uy, la obsesión anal de Milei!’”, ironizó.
Caputo también festeja y promete: “La inflación desaparecerá en 2026”
Caputo, por su parte, no sólo replicó los elogios del Presidente, sino que difundió un análisis optimista sobre los datos:
“La inflación interanual de abril fue la menor en cuatro años”, destacó. Y sumó que es el “duodécimo mes consecutivo de desaceleración” en términos interanuales, aunque reconoció que el dato mensual es el más bajo desde el inicio de la gestión.
Tanto él como Milei sostuvieron, con firmeza, que la inflación “desaparecerá” en junio de 2026, un horizonte que para muchos analistas luce optimista, dada la recesión en curso, la caída del consumo y el deterioro social que reflejan otros indicadores económicos.
El contraste con el resto del país
La baja de la inflación es, sin dudas, una buena noticia para cualquier gobierno. Pero el contexto en que se da no es menor: se enmarca en una fuerte contracción económica, caída del poder adquisitivo, freno al consumo y despidos en el sector privado. Además, el número oficial se da tras la salida parcial del cepo cambiario, que para varios economistas sigue siendo parcial y frágil.
Pese a eso, Milei eligió reforzar su narrativa de confrontación. En lugar de apelar a una comunicación técnica o institucional, volvió a armar una escena más cercana al stand-up político que a una gestión presidencial. En su lógica, los críticos no son adversarios técnicos, sino enemigos ridículos, caricaturas, a quienes bautiza como “mandriles”.
Una estrategia política en clave de show
El show político-mediático se convirtió en parte esencial de su gestión. Con un gabinete diezmado, una relación tensa con gobernadores y sin mayoría en el Congreso, Milei apuesta todo a la comunicación directa y a la polarización constante. El archivo de “mandriles” no es sólo una burla: es una forma de construir identidad política en torno a la provocación.
El dato de inflación bajo podría haber sido un momento de consolidación institucional. Pero Milei eligió, otra vez, confrontar. Porque, para su lógica política, incluso los números buenos deben venir acompañados de una batalla retórica. Aunque eso implique rebajar el nivel del debate público y trivializar la compleja situación económica del país.