Se necesitaron 20 años para adaptar Wicked, y todo salió adelante gracias a una única persona

POLÍTICA

La adaptación cinematográfica de Wicked tardó dos décadas en concretarse. El famoso musical de Broadway —que recaudó más de 1300 millones de dólares en todo el mundo— finalmente llegó al cine el 22 de noviembre de 2024 y terminó convirtiéndose en la película musical basada en Broadway más taquillera de la historia.

El proyecto atravesó múltiples cambios de guion, directores, castings y retrasos. Incluso empezó a gestarse en los años 90, cuando Universal Pictures compró los derechos de la novela Wicked de Gregory Maguire, inspirada en El maravilloso mago de Oz. Sin embargo, nada parecía avanzar… hasta que apareció Jon M. Chu.

Jon M. Chu, el responsable de que Wicked exista en el cine

Tras ver la obra cuando era adolescente, Chu soñaba con dirigirla. Y cuando finalmente tomó el mando, transformó el proyecto en una superproducción sin precedentes: escenarios gigantes levantados a escala real, mezcla de CGI con efectos prácticos y una puesta en escena que buscaba que Oz se sintiera tangible y vivo.

Se construyeron enormes sets —la Universidad de Shiz, la Ciudad Esmeralda y el Bosque de Gillikin— con más de mil técnicos trabajando. Incluso se plantaron 9.000 tulipanes reales para una sola escena.

Otra decisión clave fue grabar todas las canciones en vivo, sin playback. Ariana Grande y Cynthia Erivo lo pidieron para transmitir la emoción del momento, lo que llevó al equipo a diseñar un complejo sistema de sonido con micrófonos ocultos y cámaras acondicionadas para el canto en directo.

De los escenarios al cine, con dos protagonistas opuestas

Wicked es una adaptación del musical de Schwartz y Holzman, que a su vez reimagina la novela de Maguire. La historia se centra en Elphaba y Glinda, dos mujeres con visiones del mundo completamente distintas:

  • Elphaba, señalada por su color verde y su carácter rebelde, vestida de negro en señal de duelo y conectada con la naturaleza.

  • Glinda, símbolo de privilegio, belleza y superficialidad, representante de un sistema que premia la apariencia.

Esa tensión entre ambas es el corazón de la historia y lo que convirtió Wicked en un fenómeno cultural en teatro… y ahora también en cine.

La llegada de Wicked: Parte 2 promete completar esta épica fantasía que tardó 20 años en hacerse realidad.