Vaccimel es una inmunoterapia desarrollada por científicos argentinos tras más de 30 años de investigación y ya puede aplicarse en centros especializados.
La Argentina comenzó a distribuir su primera vacuna terapéutica destinada al tratamiento del melanoma, el tipo de cáncer de piel más agresivo. El producto, denominado Vaccimel, marca un hito en la oncología local: es la primera inmunoterapia celular aprobada en el país para pacientes en estadios tempranos con riesgo intermedio o elevado de volver a desarrollar la enfermedad.
El avance llega después de más de tres décadas de investigación lideradas por el equipo del científico José Mordoh, del Conicet y la Fundación Instituto Leloir, y tras un largo recorrido regulatorio que finalmente habilitó su comercialización. La producción está a cargo del Laboratorio Pablo Cassará, la institución argentina autorizada para la fabricación de terapias avanzadas de esta categoría.
Una terapia adyuvante, no preventiva
A diferencia de las vacunas tradicionales, Vaccimel no previene la aparición del melanoma. Su uso está indicado únicamente para personas que ya fueron diagnosticadas y tratadas quirúrgicamente, pero que por las características de su tumor se consideran con mayor probabilidad de desarrollar metástasis o recaídas. Esto incluye a los estadios IIB, IIC y IIIA.
La vacuna no se adquiere en farmacias: se gestiona mediante los circuitos habituales de los medicamentos oncológicos y solo puede aplicarse bajo indicación de oncólogos y dermatólogos especializados.
El esquema terapéutico contempla 13 dosis administradas a lo largo de dos años, y uno de los primeros equipos en comenzar a ofrecerla es el del Hospital de Oncología María Curie, en la ciudad de Buenos Aires.
Cómo actúa la vacuna
El melanoma presenta antígenos que el sistema inmune puede reconocer, pero las células tumorales desarrollan mecanismos para evadirlo. Vaccimel busca revertir esa situación generando múltiples clones de linfocitos capaces de identificar distintos antígenos tumorales.
Según los investigadores, en más del 60% de los pacientes tratados en estudios previos este mecanismo ayudó a evitar la reaparición de la enfermedad. Además, resaltan que la terapia tiene bajos efectos adversos en comparación con otros tratamientos sistémicos más agresivos.
La mirada de especialistas
Para la dermatóloga Ana De Pablo, del Hospital Austral y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), la llegada de esta inmunoterapia representa “una nueva herramienta para los pacientes con riesgo de metástasis a distancia”, ya que podría eliminar células tumorales residuales que aún no se detectan en estudios.
Destacó, además, que si la vacuna no resulta suficiente, los pacientes pueden continuar con los tratamientos actualmente disponibles, lo que amplía las opciones terapéuticas.
Por su parte, Ana Clara Acosta, jefa de Dermatología Oncológica del Hospital Ramos Mejía, remarcó que la aprobación de Vaccimel por parte de la Anmat responde a un objetivo claro: mejorar el control de la enfermedad en pacientes con alto riesgo de recaída. También anticipó que futuros estudios podrían evaluar su uso combinado con otros tratamientos inmunológicos o su aplicación en etapas más avanzadas.
La importancia de la detección temprana
Cada año se estiman alrededor de 1700 nuevos casos de melanoma en el país. Solo una parte de ellos —alrededor de un centenar— ingresa en los estadios para los que está indicada la vacuna, por lo que la detección precoz sigue siendo central.
La SAD insiste en la necesidad de realizar controles periódicos de la piel y aplica la regla ABCDE para identificar señales de alarma en lunares o manchas:
- A: asimetría
- B: bordes irregulares
- C: cambios de color
- D: diámetro mayor a 6 mm
- E: evolución (picazón, sangrado o costras)
Los especialistas subrayan que, aunque el melanoma representa apenas el 5% de los cánceres de piel, su agresividad exige vigilancia y consulta temprana. Si se detecta a tiempo, el pronóstico mejora considerablemente.
