La literatura juvenil argentina está experimentando una transformación profunda. Más que una simple fuente de entretenimiento, los libros de esta categoría hoy sirven de refugio emocional, de espacio para el autoconocimiento y de plataforma para debatir temas que antes solían ser invisibilizados. Este fenómeno es impulsado por una generación de autores jóvenes y diversos, cuyas voces emergen desde distintas partes del país, abarcando géneros que van desde el terror hasta el romance paranormal, la fantasía urbana y el realismo íntimo.
En una charla exclusiva con Infobae, nueve escritoras y escritores de literatura juvenil argentina, Malena Hehn, Celeste Martínez, Karen Delorbe, Mariano Cattaneo, Florencia Núñez, Agustina Grimm Pitch, Gonza Ludueña, Florencia Dapiaggi y Sol Chiara, compartieron sus pensamientos sobre las nuevas corrientes del género. Todos coinciden en un punto fundamental: la literatura juvenil debe conectar con los jóvenes no solo a nivel narrativo, sino a nivel emocional.
¿Qué buscan los adolescentes en los libros de hoy?
Según Sol Chiara, autora de Retratos de instantes perfectos, los adolescentes están en busca de libros que funcionen como un refugio. “Escribo lo que yo misma no encontraba cuando era pequeña, historias que ofrecen la posibilidad de conectar con un sentimiento común de duda y búsqueda de identidad”. Su enfoque en personajes que enfrentan fracasos y reconstruyen sus vidas ha encontrado eco en una generación de lectores que se identifican con esa vulnerabilidad.
Flor Núñez Graiño, autora de La Acusada de Codexia, también destaca la importancia de la conexión emocional. “Un lector joven hoy no solo busca una historia entretenida, sino algo con lo que se sienta reflejado, donde pueda ver sus propias luchas y sueños plasmados en los personajes”. La obra de Flor utiliza lo fantástico como una metáfora para tratar cuestiones íntimas, brindando a los adolescentes un espacio para explorar su identidad.
Diversidad e inclusión como ejes narrativos
Para muchos de estos autores, la literatura juvenil debe ser un espejo que refleje la diversidad de los jóvenes de hoy. Lete Martínez, escritora de Las pesadillas de Aradia Blum, afirma que los adolescentes necesitan ver reflejadas sus luchas en temas como la salud mental, la identidad de género y la sexualidad. “Los libros no solo cuentan historias, sino que validan las realidades de los jóvenes”, afirma.
La autora Florencia Dapiaggi, en su obra Ella es mi chica solar, resalta que la honestidad emocional es una de las claves para conectar con los jóvenes lectores. “Ellos buscan que uno sea genuino, que ponga algo personal en lo que escribe. No exigen perfección, sino autenticidad”.
La literatura como un refugio en tiempos de crisis
Gonza Ludueña, autor de Y los veranos pasarán, también se refiere al rol de la literatura como una herramienta de transformación, sobre todo en tiempos de adversidad. Durante la pandemia, muchos adolescentes se refugiaron en los libros para encontrar consuelo y escapatoria a su realidad. “La literatura les ofrece una ventana hacia mundos posibles”, señala Ludueña, quien también subraya que sus relatos buscan dar voz a aquellos que viven en los márgenes de la sociedad.
En la misma línea, Malena Hehn afirma que los adolescentes están constantemente en la búsqueda de su identidad y se sienten atraídos por personajes que representan sus propias preguntas y dilemas existenciales. En libros como Siempre fuiste tú y Un pacto electrizante, sus personajes luchan con la misma pregunta esencial: “¿quién soy yo?”
Lo oscuro y lo mágico en la narrativa juvenil
No hay duda de que lo paranormal y lo fantástico siguen siendo géneros poderosos. Karen Delorbe, autora de Un minuto antes del amanecer, considera que lo sobrenatural tiene un atractivo especial para los jóvenes. “Los mundos llenos de magia, misterio y personajes como vampiros y fantasmas permiten a los adolescentes sumergirse en una realidad paralela, donde pueden explorar sus emociones más profundas”.
Por su parte, Mariano Cattaneo, conocido por sus libros de terror como No hay verano para los muertos, asegura que el terror ofrece un espacio seguro para enfrentar miedos personales. “El miedo en los libros no es solo un juego narrativo, sino una forma de explorar temas como el trauma y la pérdida”, dice Cattaneo.
Nuevas formas de interactuar con los lectores
Los jóvenes escritores de la literatura juvenil argentina también están redefiniendo la relación entre autor y lector. Con la presencia activa en redes sociales como Instagram, TikTok y Twitch, no solo promocionan sus obras, sino que también crean comunidades de intercambio y debate. “El autor de hoy no solo escribe, sino que acompaña a sus lectores, escucha sus inquietudes y responde a sus inquietudes”, explica Lete Martínez.
Además, muchos de estos autores, que crecieron leyendo fanfics y literatura autopublicada, comprenden la importancia de la edición y la estética. “Un libro bien hecho es clave para la experiencia lectora”, asegura Gonza Ludueña, quien subraya que la calidad en la edición y la presentación es tan importante como el contenido narrativo.
El poder de los libros para transformar vidas
La literatura, más allá de ser solo una forma de entretenimiento, es una herramienta poderosa para el desarrollo personal de los jóvenes. Según Karen Delorbe, “un niño que lee será un adulto que piensa”. Los libros brindan la oportunidad de empatizar con otros, de ver el mundo desde diferentes perspectivas y de encontrar consuelo en momentos de soledad. En palabras de Flor Núñez Graiño, “Leer me dio poder, me hizo creer en mí misma cuando nadie lo hacía”.
En conclusión, la literatura juvenil argentina sigue demostrando que es mucho más que una moda pasajera. A través de voces diversas y temáticas que reflejan las realidades y preocupaciones de los jóvenes, estos libros están ayudando a formar identidades, a construir comunidad y a ofrecer una vía para afrontar los desafíos de la adolescencia.