Aunque Francisco deseó un funeral sencillo, algunas tradiciones simbólicas se mantendrán para honrar su pontificado.
El funeral de Francisco, que tendrá lugar este sábado, marcará un cambio respecto a los rituales solemnes que solían rodear las despedidas papales. Fiel a su idea de una Iglesia humilde y cercana, Francisco había expresado en 2023 su voluntad de simplificar la ceremonia: quería ser velado como “un hijo más de la Iglesia”, con dignidad pero sin signos excesivos de poder, como almohadones ceremoniales.
En este espíritu, se eliminaron varias formalidades: los títulos utilizados serán más simples —”Papa” u “Obispo de Roma”— en lugar del tradicional “Romano Pontífice”, y se suprimieron actos que en el pasado resultaban complejos de coordinar.
Sin embargo, no todo símbolo ha sido descartado. Persisten algunos gestos cargados de sentido, que recuerdan la misión espiritual del Papa. Entre ellos, el rostro de Francisco será cubierto con un velo blanco de seda como signo de esperanza en su encuentro con Dios. También se mantendrá el ritual de introducir una bolsa de monedas en su ataúd, una antigua tradición que simboliza el tiempo de su pontificado.
El simbolismo de las monedas
Desde hace siglos, en los funerales de los pontífices se colocan monedas especiales dentro del ataúd. Cada una de ellas representa un fragmento del tiempo que el Papa ejerció su ministerio: monedas de oro por cada año completo, de plata por cada mes adicional, y de bronce por los días restantes.
Siguiendo esta costumbre, en el caso de Francisco —que asumió el papado el 13 de marzo de 2013 y falleció el 21 de abril de 2025— se depositarán 12 monedas de oro, una de plata y ocho de bronce, reflejando sus 12 años, 1 mes y 8 días de pontificado.
Este rito sencillo pero cargado de significado ofrece una representación física del servicio prestado a la Iglesia.
Un funeral entre la tradición y la renovación
La elección de conservar algunas prácticas tradicionales en medio de un funeral austero responde al equilibrio que Francisco buscó durante todo su pontificado: reformar sin romper, modernizar sin borrar las raíces.
Este enfoque también se verá reflejado en su lugar de descanso. Aunque sus restos reposarán en las grutas vaticanas, Francisco eligió no ocupar las tumbas de sus predecesores inmediatos, optando por una sepultura más modesta.
Así, junto a las 21 monedas, quedará el testimonio de un Papa que buscó renovar la Iglesia con espíritu sencillo y fiel a su historia.